Calle Melancolía 7

Crecí con la voz de Joaquín, aprendiendo sus letras y con la vida como maestra para descifrar algunas de ellas. A veces pasaba años cantando mal alguna palabra, sin entender del todo una parte, o sencillamente no era capaz de comprender la profundidad de los momentos que dibujaban por no haber vivido nada parecido. Mientras dejaba atrás la niñez y me hacía hombre, las mujeres llegaban a mi mundo y las letras de Sabina ganaban presencia, ya no era solo un amigo, ahora era también consejero, y con el amor no correspondido, me mudé a una dirección virtual que pinté con pincel en la entrada de mi habitación…

Vivo en el número siete
Calle Melancolía

Quiero mudarme hace años
Al barrio de la Alegría
Pero siempre que lo intento
Ha salido ya el tranvía
En la escalera me siento
A silbar mi melodía

Y lejos queda aquella calle Saltoxo dónde me enamoré de mi tierra, dónde mis amigos querían jugar a mi futbolín y dónde aprendí a besar. Donde Dire Straits, Mike Oldfield y Joaquín sonaban por los rincones, reinando sobre todas las demás canciones del momento. Allí conocí la informática que me llevó allá dónde se cruzan los caminos, allí dejé mis pájaros y sus plumas y descubrí que hay rincones del alma a los que solo llegan las caricias. Comenzaba entonces un viaje, del cual no era ni consciente… una búsqueda personal, un enigma que resolver, un camino que recorrer…

Como quien viaja a bordo
De un barco enloquecido
Que viene de la noche
Y va a ninguna parte

Así mis pies descienden
La cuesta del olvido
Fatigados de tanto
Andar sin encontrarte…

Y coleccionamos momentos y personas, vicios y lágrimas, orgasmos y escalofríos. Y aprendemos a dejar ir para sobrevivir, con ausencias que te rompen un poquito y otras que sin embargo se celebran, como la del tabaco o la gente tóxica, o la de los amigos que no eran sino grandes disfraces… y sin embargo, esas otras partidas, las que se llevan un poco de ti, se recuerdan siempre con cariño, personas y momentos que dejan sus huellas de luz y corazón en tu mundo, como aquellas que nos subieron a un pedestal del que nunca queríamos bajar, deseando tener algo que no pudimos darles, no hay nostalgia peor… que añorar lo que nunca, jamás, sucedió…… no hay que dejar cosas sin hacer, ni personas sin vivir… aunque las historias no acaben bien, queda el recuerdo de unos días distintos, de instantes perfectos. Sino…

…Luego, de vuelta a casa
Enciendo un cigarrillo
Ordeno mis papeles
Resuelvo un crucigrama

Me enfado con las sombras
Que pueblan los pasillos
Y me abrazo a la ausencia
Que dejas en mi cama…

Dime de qué presumes, te diré de qué careces… lo he vivido una y mil veces, santos que arrasaban con todo sin piedad, estrellas de fútbol que no tenían gol, personas que decían quererte pero que no tenían corazón, contradicciones que me rodeaban mientras yo no podía evitar ver en mis actos más incomprensión que mala intención. Quien te quiere, no te quiere cambiar; quien te quiere, empieza por comprender y aceptar, no por criticar, un buen amigo afina tus gafas existenciales con risas e ironía, con abrazos y vida, y deja la espada para la batalla del día a día, un buen amigo ve en ti belleza que tu a veces no eres capaz de vez, ni encendiendo todas las velas que te regala la vida.
Evito abusar de la nostalgia, no es un sofá en el que me sienta cómodo, pero para seguir y acabar con la canción, no puedo sino aferrarme a ella…

…Trepo por tus recuerdos
Como una enredadera
Que no encuentra ventanas
Donde agarrarse, soy
Esa absurda epidemia
Que sufren las aceras
Si quieres encontrarme
Ya sabes dónde estoy.



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1 respuesta

  1. Tania dice:

    te abrazo

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