Puntos de vista tan diferentes como sus realidades de origen

El otro día me encontré una sorpresa, desagradable, al ver un comentario hiriente en mi blog. Al leerlo, me costaba darle sentido, y pude confirmar al ver el email que ponía, que era quien yo me pensaba. Era de una persona a la que vi 3 o 4 veces hace 10 años, y que por mala suerte, en su día se quedó pillada conmigo, y no fue correspondida, pues aunque yo le tenía cariño, no sentía igual que ella. Y no entraré en detalles, pero me dejó boquiabierto cómo era la realidad que ella recordaba, completamente diferente a la mía. Ella se había centrado en cosas que si dije, no eran el centro del problema, y es que básicamente, no había química (y podría añadir anécdotas que dejarían claro el motivo).
No es la primera vez que me encuentro con problemas similares, no solo por mi tormentosa vida sentimental, sino por cómo las personas distorsionamos la realidad y la vamos cambiando con el tiempo. Alguna vez me dijo alguien «¿No me odias?» y yo respondí sorprendido «No, ¿por qué iba a hacelo?«, y luego me dijo «Pues no sé, aquella cara torcida me hizo creer que te habías enfadado conmigo…«. En lugar de hablar para aclarar cosas, dejamos que el tiempo las convierta en algo tan distinto, que cuando volvemos al origen, no se parecen en nada a lo que pasó o sucedió realmente, ni a la verdad.

Vivimos en realidades muy diferentes.

Por ejemplo, hay personas que consideran un insulto que tú no les mandes un mensaje cada poco tiempo, especialmente aún cuando ellos mismos no lo hacen. En mi caso, quien me conoce sabe que soy más de contestar que de empezar grandes conversaciones, digamos que cuando me aburro no pienso «¿A quién le voy a escribir hoy?«, y si lo hago, empiezo por mi madre, y mis hermanas, mi mejor amigo… y no suelo llegar mucho más lejos, pues una partida de móvil me entretiene, o una serie o un pájaro.

Sé que en demasiadas ocasiones, a nivel de relaciones de pareja y flirteos, no he hecho las cosas bien, pero creo que este no era el caso, y desde el primer momento, dije que no quería nada. Seamos honestos ¿Cómo coño puedes decirle a alguien que no te gusta al nivel que quiere? Hay quien entiende un «es que no estoy enamorado de ti» y lo acepta, pero muchas personas no se conforman, o sencillamente no lo entienden, y buscan argumentos o respuestas en los rincones de tus palabras, cogen cualquier cosa que hayas dicho entre titubeos «No me gusta tu formar de hablar y caminar» y lo convierten en «Me llamaste gangosa y coja«. Y sé lo duro que es eso pues he estado en el otro lado, he vivido varias veces estar enamorado de alguien que no sentía por mi más que amistad, y es muy duro aceptar que cualquier capullín tendrá las oportunidades que tu nunca tuviste, pero la vida es así, y hay que seguir adelante (Sigue nadando, sigue nadando). Me cuesta mucho concebir que a alguien a quien aprecias de verdad le puedas desear mal, la incomprensión es un arma que hace más daño al que la porta que al que intenta herir.

Y hay ocasiones en las que podría argumentar que tengo razón, sacando conversaciones de hace un montón de años y buscándole el sentido a unas palabras y a otras, pero si dos personas no se entendían entonces, quizás ahora tampoco. No suelo arrepentirme de mis pasos sentimentales, hay muchas personas que se cruzaron conmigo y que dejé pasar, y salgo algún caso aislado, no me equivoqué, y podría defenderlo con argumentos contundentes, como en este caso.

Ser sincero, parece, por mucho que duela, la única forma de afrontar estas cosas.

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