Eras tan de mentira

He de confesar, que caí en tu trampa. Tu sonrisa perfecta con aroma a vainilla, tu mirada avellana devaluando azules y verdes, aquel cabello tan suave que trenzaba sueños con aire, que dibujaba versos con el viento, elegante.   Me llegué a creer que tus palabras borraban cicatrices, que nuestras...