El Mar es Madre, el Mar es Vida
En el mar nació la vida. Por ello es un pozo de secretos y es capaz de definir y alterar la vida de todos los seres que habitamos Gaia. Es un medio que alimenta al hombre, y a la vez, es la mejor muestra de las barbaries que nos harían, en un juicio justo, merecedores de ser expulsados de este planeta.
Cuando haces submarinismo, el mar decide qué te ofrecerá ese día, tú tan solo puedes disponer tu mejor actitud, y disfrutar lo que te ofrezca con gratitud y humildad. Y del mismo modo que es capaz de quitarte todo, también puede devolvértelo. Poco a poco he ido aprendiendo que cuando tienes un mal día, debes volver cuanto antes al agua, pues te espera parte de lo que perdiste.
Hay inmersiones vacías, en las que parece no haber nada, y hay otras, en las que los animales parecen ir en filas más largas de las que podrás contar al salir del agua. Hay días en que respiras mal, por nervios, enredarte con fotos o no dejar fuera del agua todo problema, y esa mala respiración desencadena un terrible dolor de cabeza. Ese dolor te quita la fuerza y te inutiliza, y te recuerda que debes volver al mar cuanto antes, empezando siempre de cero. Si al volver dejas atrás todo, y bajas simplemente tú mismo, con tu respiración, recuperarás el control de tu cuerpo, tu cabeza y la satisfacción de haber reencontrado algo perdido.
Pocas plenitudes son comparables a cuando el mar salda su deuda, a cuando te cuenta un secreto, a cuando te hace un regalo sin esperar nada a cambio más que una sonrisa y un poco de respeto.
El mar es madre, el mar es vida.
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