Las mujeres y yo (Capítulo 1)

Desde niño, el mundo de las relaciones casi siempre me ha fascinado. Hasta los 12 años escapaba de las mujeres, de ahí hasta los 16 me daban bastante igual, era más de amigos, bicis, baloncesto y playa, y desde esos 16-17 en adelante, han tenido bastante que ver con mi día a día, afectando a menudo a mi felicidad y forma de ver el mundo.
No me sería fácil recordar todas las chicas que me han encandilado, desde la etapa presexual, cuando un beso parecía un mundo entero, hasta el momento presente. Esta semana se puso en contacto conmigo un profesor del colegio al que fui teniendo 5 años, y a través de su Facebook pude encontrar a «mi primer amor«. Con 5 años, ella era una encantadora rubia de ojos azules de cara traviesa y acento jienense, y seguí queriéndola pese a que una vez me encerró en su casa y no me dejó salir hasta que le diera un beso en los labios. Incluso entonces la vida pretendía enseñarme que pese al machismo de la sociedad, las mujeres gobiernan el mundo. Aquellos 10 minutos fueron de los más largos de mi vida, y al final, accedí a mi ansiada libertad mediante el pago de un tímido ósculo.
Poco tiempo después, de vuelta en Galicia, una morena varonil que jugaba con los chicos al fútbol dadas sus capacidades atléticas me lo hacía pasar igualmente mal, y a mis 8 años, me perseguía en mi habitación demandando unos besos a los que yo no les veía el más mínimo sentido. Quizás ya por aquel entonces conocí por primera vez lo poco interesante que nos resulta «lo fácil», pues creo recordar que me gustaba la hermana de aquella niña, mucho más comedida, y que no me hacía ni puto caso, mientras la otra intentaba agarrarse a mi cuello cual sanguijuela y de haberlo conseguido tengo la sensación de que no se habría soltado jamás.
Poco después, con 10 años, nos mudamos otra vez y en mi nuevo colegio se demostró una máxima que mantendría toda mi vida, me gustaba más estar con chicas que con chicos. Ellas siempre eran más sensibles y dulces, más humanas, los chicos en cambio, incluso desde niños, son brutos y toscos, y gustan de experimentar con pólvora y realizar campeonatos físicos y virtuales para ver quien la tiene más grande. En aquel colegio, de mi grupo de amigas, destacaba Amaia, una espectacular niña que hacía baile gallego y era un ángel moreno, con la que recuerdo grandes conversaciones y enamorarme por primera vez de ese algo especial que tienen las mujeres.
Poco después volveríamos a mudarnos para volver a la zona en la que viví casi toda mi etapa en Galicia, y allí recuerdo varias chicas majísimas y encantadoras que compartían conmigo aquel enorme colegio, y en especial había una chica muy estudiosa llamada Elga, la única que he conocido con ese nombre. Era rubia y de ojos azules, y poco a poco empezó a empeorar sus notas arrastrada por alguno de sus novietes que eran los clásicos «chicos malos» de clase. Por aquel entonces empecé a darme cuenta que no siempre los buenos tenían recompensa y que los clásicos estúpidos insoportables, normalmente más guapos y propensos a ser atletas, tenían todas las de ganar. Mi tío me dijo una vez, tú no desesperes y ten paciencia, que al final todo llega… y te cansarás de follar, y en parte, tenía razón.
Poco después empezaría el instituto, y me llevaría la gran decepción de ver cómo muchos amigos fumaban, y por aquel entonces para mí era imposible pensar que yo lo haría diez años después. El viaje solo había empezado y aún no sabía lo que era sufrir por amor, pero lo sabría, a fuego. Creo que fue en mi primer año de instituto cuando al ir a una fiesta mi padre me dio mis primeros condones, que acabarían caducando, creo recordar.
Lo dicho… empezaba el instituto, y aún no había tenido ninguna pareja seria, empezaba a despertar mi interés en ellas, y poco a poco, cambiaría mi mundo… pero eso, eso es otra historia.

(Continuaré… si tengo más de 10 comentarios,
o no puedo contenerme jejejeje
)

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16 Respuestas

  1. Ana dice:

    Esto es un poco «How I met your mother», y la verdad, ¡es muy gracioso! Pero gracioso en el sentido de «mono». La percepción que de adultos tenemos de nuestra época de niñez y de cómo vivíamos entonces las cosas… Ya desde pequeño con tu sensibilidad y tu juicio. Sigue contándonos tus percepciones pasadas, seguro que son muy interesantes. ¡Un abrazo fuerte!

  2. Moona dice:

    Ni comentarios ni gaitas, o sigues, o sigues, que como dice Ana lo cuentas muy gracioso en plan HIMYM :)

    Besos

  3. Angela dice:

    Jajajajaj me encanta!!! Yo quiero más!!! Recuerdas que ademas de ser géminis soy Community Manager? Pues como no vea comentarios empiezo a venir por aquí con mis otras cuentas y a jalear esto jajajaja que para eso tengo personalidad múltiple :P Ahora en serio, un gustazo leerte! Muack!

  4. Malu dice:

    yo que entro ¿como la numero 4?, vamos ni podium ni na, siempre llego tarde, a mi estas historias contadas desde nuestros recuerdos más personales me saben a poco siempre, vamos los culebrones ¡siempre enganchan jajajaj¡
    me debes un cafe

  5. Diegazo dice:

    Siempre viene bien hacer un repaso del pasado, enriquece y ayuda a recordar qué cosas nos hicieron llegar a donde estamos ahora y por qué somos así. Eso sí, viene bien, si ninguna cadena nos fija en el pasado, espero que no sea tu caso.
    Apunta aquí el 5, espero que sigas.

    • KATREyuk dice:

      No, no, yo he aprendido mucho… Pero como decía una gran cita, usando de trampolín lo vivido y no como sofá.
      A veces es divertido mirar atrás y reirse de uno mismo

  6. Noe dice:

    Y aquí va la sexta,
    Quiero q sigas xfiiii, no dudes q llegarás al 10. Más, maas, maaass, jajaja. Un abrazo muy fuerte

    • KATREyuk dice:

      Vaya! Hace tiempo que no sé de ti, espero que estés bien y tu renacer siga su curso, si puedo ayudarte en algo, ando por aquí.
      Gracias por ese 6º comentario… jajajaja apuntado queda, quedan 4 para la segunda parte.
      Un abrazo

  7. bruma dice:

    Sigue sigue!!!
    Me sorprende tu buena memoria y me han hecho gracia algunos momentos. Venga no te resistas…. ya por nosotras vale la pena el esfuerzo no? ;)

  8. Juan dice:

    Continúa aunque no llegues a diez. Hazlo aunque sea para no dejarnos con las ganas a los que queremos saber como termina la historia. Seguro que muchos nos veremos reflejados en partes de la misma

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