Paralelamente

Tumbado tras una semana agotadora, deslizaba mi mano por una espalda preciosa mientras disfrutábamos de un silencio cómodo entre conversaciones. Siempre aficionado a buscar escalofríos, hacía piruetas con mis dedos, unos segundos con las yemas de los dedos, seguido de otros con las uñas, buscando en esos contrastes dar placer...