Zombies digitales

Hoy recordaba una escena de una película en la que casi todos eran zombies, y el protagonista, uno de ellos, se expresaba a través de la voz del narrador, aunque no podía hablar (era un zombie). El mejor momento de la película, es mientras pasea por un aeropuerto y se tropieza con otro zombie, y sin decir nada, ambos siguen tambaleándose, pero él piensa:

Me encantaría poder disculparme cuando me tropiezo con alguien, o simplemente, decir algo. Antes era todo mucho mejor. Todo el mundo podía comunicarse, expresar sus sentimientos o sencillamente, disfrutar de la compañía de los demás.

No lo he encontrado con subtítulos, pero el momento son estos 15 segundos (min. 1’30»)

Creo que la escena habla por sí sola, ironía fina en frasco pequeño, vaya.

Los que me conocéis sabéis cuando me gustan los cacharritos. Cuando Apple era un gigante, y tenía el único móvil decente, yo aposté por un Android emergente, y ahora que Android es un monstruo, y Windows Phone asoma la cabeza… se ve que esto no se para. Cada día se venderán menos PC’s y los móviles y tablets evolucionarán año tras año a pasos de gigante. ¿Y al otro lado de las pantallas? Nosotros, mirándolos, jugando al Candy Crush o contestando Whatsapps, algunos rutinarios y cansinos, otros plagados de ilusiones y corazón, víctimas de una expresividad artificial capaz de modelar nuestro estado anímico. Quizás asomarnos al Facebook, y ver otras vidas de gente que también observa otras vidas, o participar algún día de una risa que escuche en todo el mundo por un retuit que haga historia, y se añada al Gangam Style y demás modas pasajeras.
Todas esas parejas rotas por el control de qué hacemos y dónde estamos, por el GPS y el Whatsapp, y las mentiras que hacen que se pueda coger a un mentiroso y a un cojo a la vez, desde tu móvil. ¿No habéis mirado alguna vez la hora de conexión de alguien y hecho cábalas sobre qué habría hecho tan tarde o tan temprano? Yo conozco a alguien que pidió el divorcio tras ver a su marido de viaje conectado hasta muy tarde cada día, y tras darle un aviso, él siguió adicto al double check, y dejó a su mujer y sus hijos en otra página de su vida.

¿Nos estamos convirtiendo en Zombies?
Las miradas cómplices en el Metro se han unido a las águilas imperiales como especies en mayor riesgo de extinción.
Pronto será «trending topic» (‘moda’ en idioma friky) dejar el móvil aparte al cenar o comer con amigos, y la gente que quiera reencontrarse con el Universo tendrá que ser fuerte y mantenerlo en el bolsillo por mucho que chille o vibre.
¿Qué opináis?

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3 Respuestas

  1. Su dice:

    Por mi parte estoy muy tranquila, me siento muy lejos de convertirme en zombie. Mientras mantenga intactos mis cinco sentidos, ningún «cacharrito» podrá sustituir una mirada cómplice, un roce estremecedor, un olor que me desmonte, el sabor del chocolate o el sonido de algunas canciones. Sin duda. ¡Y quiero pensar que no seré la única! XDDD

  2. crazy_mj dice:

    Somos unos adictos a los smartphones pese a quien le pese…y pensar que hace unos diez años nos conformábamos con el nokia y el juego de la serpiente y ahora queremos tener el último smartphone y tener las aplicaciones que se adapten a nuestras necesidades…

    Como cambian las cosas, el tiempo y las personas ;)

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