La historia de Danays Bautista
Desde que el mundo está como está, tanto si tengo días más animados y optimistas como menos, tengo la clara consideración de que no puedo quejarme. Aunque cada día el mundo puede dar la vuelta y cambiarlo todo, a día de hoy, me considero un privilegiado en algunos ámbitos.
«No puedo quejarme«, respondo si en un día gris, me preguntan cómo estoy.
Y aunque no debemos vivir según los demás, no podemos evitar mirar para ellos.
Hoy leía una noticia desgarradora… y pensaba en lo triste de la situación, lo duro de la vida, y al mismo tiempo… lo fuertes que puede llegar a ser el ser humano.
Noticia en 20 Minutos
Una invidente que perdió el brazo en el metro sigue sin recibir indemnización dos años despuésCada vez que coge el metro en la estación de Nueva Numancia (Vallecas), Danays Bautista rememora aquel fatídico 17 de mayo de 2010 en el que un convoy le arrebató el brazo izquierdo.
Guitarrista de profesión, no ha vuelto a coger este instrumento: «No puedo tocar la guitarra, es la peor parte de lo que me pasó. Estoy intentando avanzar con el piano para volver a componer y a hacer arreglos». Pero hasta que lo logre, solo dispone de la voz para ganarse la vida.
«Todo está mal y la música no es ajena a la crisis, pero van saliendo conciertos». Cuando se le pregunta sobre su estilo musical, dice sonriendo que los suyo es el «jazz y la música cubana, pero no solo la salsa». Con una sonrisa admite también sus miedos: «Aún no soy capaz de entrar sola en un vagón, es superior a mí». Y es que su accidente ocurrió justo cuando iba a subir a uno, pero se cayó por el hueco.
«Antes era prudente, pero me he vuelto miedica —explica mientras se pega completamente a la pared del andén—. Siempre lo hacía, pero ahora más. También es verdad que tengo días mejores y peores».
A pesar de todas sus limitaciones, Danays repite una máxima de forma constante: «Hay que dar la batalla, no puedes quedarte inactiva pensando que esto es el final«, dice con un optimismo infinito.
Y con los ojos emocionados me pregunto ¡Qué huevos! ¿No? Me cuesta deshacer el nudo…
Personas así tienen una actitud que deberíamos contagiarnos todos,
y no solo no quejarnos, sino supervivir cada día y hacer de la sonrisa, nuestra bandera.
Como rezaba un PIN que vi ayer en Pinterest:
Tremenda historia, una de tantas de superación personal, de esas que nos demuestra la fuerza que tenemos cuando hace falta, lástima que a veces la vida nos tenga que poner en situaciones tan chungas para que la saquemos. Así que quejémonos lo justo para hacer lo que haga falta para mejorar.
Abrazos sin quejas
¡Uf! ¡Qué huevos x 1000! Cuando uno sabe de historias dramáticas como ésta, si sigue quejándose por chorradas es que es un egoísta y un desagradecido. Nos pasamos demasiado tiempo de nuestra vida negándonos a ver que hay algo bueno en cada cosa, porque tenemos la estúpida manera de mirar al mundo fijándonos en lo que no está tan bien, ignorando y perdiéndonos muchas cosas, y ello hace que nos quejemos y no disfrutemos al final de nada.
Es elección de cada uno, y yo elijo buscar la gota de color que seguro existe en cada escenario que de lejos parece gris. Ello me brinda sonrisas y risas, y cierto es que también arrugas, pero que todas ellas sean arrugas felices.
¡Un beso feliz, positivo y sonriente! :*)+
Sin duda es un ejemplo de actitud en mayúsculas.
Las personas podemos ser capaces de cosas increibles, de reinventarnos y re-componernos ante lo inesperado cuando luchamos de corazon por algo que realmente queremos.
VIVIR la vida esde valientes y Danays sin duda lo es, y mucho.
Gracias por esta historia.
Abrazo fuerte.
Nos quejamos demasiado y muchas veces sin motivo. Lo de Danay es más que superación, una historia real para aprender, una historia de las que te ponen el nudo en la garganta y para colmo te llenan de indignación, ¿como puede ser que todavía esté esperando por su indemnización?
Besos y abrazos
Hola gente. Lo primero es agradecer, siempre, constantemente por tanto apoyo, por la energía que recibo. Luego, decir que soy una convencida de que cada criatura viva se enfrenta al desafío de vivir. Cada quien tiene sus dosis de superación diaria. Se trata de observar para que se haga evidente.
Yo he tenido la suerte de seguir aquí a pesar de un par de accidentes graves en los que perdí la vista y un brazo. Esa es la parte visible de los daños pero son más que eso. Y digo suerte porque cuento con tanto cariño, se me entrega tanto que las razones para no desmayar son incuestionables.
No busco ir de ser humano superior que puede con todo. Tengo luces y sombras y no me siento ejemplo. Simplemente sigo mi necesidad de vivir, de agarrarme a la acción porque tirar la toalla me da pavor. Yo insisto para sentir la vida.
Saludos y gracias.