Amores eternos

Cuando miro atrás en mi vida, en el ámbito sentimental, me siento un hombre muy afortunado. He tenido la suerte de compartir más de 4 años con 3 mujeres diferentes, de las cuales, no podría decir nada malo. Unas veces fueron sus fantasmas, y otras los míos, los que urdieron nuestras separaciones, y en estos casos, he podido conservar una amistad más o menos intensa, y saber de ellas, con la tranquilidad de conocer que la vida las trata bien.

Pero tanto ellas, como yo, no hemos estado ausentes de las tormentas sentimentales. En el pasado, subestimé esa extraña sensación que proviene del todo y de la nada, y que me decía que algunas relaciones no iban a buen puerto. Mi corazón, caprichoso como el que más, no quería soltar aquello que amaba, pero la razón, tarde o temprano, es escuchada por el pasional demente. Y me dejaron huellas muy marcadas algunas relaciones que duraban más de lo que tenían que durar, y estos últimos dos años he sido tan directo y tajante, que ni tan siquiera permitía que llegaran a llamarse relaciones. Cuando compartía unos días con alguien, y sonaba esa campana que me decía «Por ahí no», lo dejaba estar, no exprimía la situación, aunque pudiera disfrutar de relaciones íntimas o de las ventajas de esa persona en cuestión, tan solo ponía distancia, me alejaba para no hacer daño, intentando explicar mis razones, evitando acomodarme, me desdibujaba entre brumas, siendo una piedra en el camino de alguien destinada a algo… a alguien distinto. Y en algún momento pensé que debía lanzarme, y entonces me equivoqué, y supongo que cosas así hacen que midas mucho más tus pasos, que tengas más cuidado, porque la conciencia ya lleva suficiente equipaje, y porque nada duele más que hacer daño a quien no lo merece.

Y pese a todo, se sigue soñando. Erosionado por la vida, sabiendo que a esa mujer de mis sueños le dejaré elegir el lado de la cama que prefiera, pero no quiero quitarle nada de igual modo, que no quiero que me quite lo que me define y me hace especial. Creo en equilibrios sentimentales, en que dos árboles pueden crecer juntos pero sin que uno se quede a la sombra, lo he visto, no es fácil, pero es posible. He aprendido a negociar y compensar mis vicios con gestos capaces de llenar a una persona, pero cuando una chica quiera ser mi pareja, y viceversa, tan solo podré hacerlo si mi entrega, vinculada a ese hermoso sentimiento verdadero, es total, yo ya no puedo amar a medias. Y el día que me de cuenta de que no puedo hacer eso, me escaparé, sin mentiras y con la dolorosa verdad por bandera, quizás mi destino sea estar solo, quizás sea estar con alguien muy especial que realmente se merezca la mejor versión de mi y quizás todo esto sea el camino necesario para conseguirlo, no puedo estar seguro de nada, aunque sí de lo que siento.

Pero si sé que tanto si tengo la fortuna de llevar una mano a mi lado, como si camino solo, sonreiré al Sol y a las nubes más grises, al suelo que besaré tras tropezarme con una piedra y al campo verde que me dará descanso, a las gaviotas que traen mensajes del mar del que siempre estaré enamorado y a los cuervos portadores de malas nuevas de tierras nevadas y lúgubres.


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Porque no cambiaría a ninguna persona con la que he compartido un trocito de mi camino, porque unas me dieron hambre y otras me saciaron la sed, unas me dieron bofetadas y otras caricias, unas hidrataron mi piel y otras la quemaron, y gracias a cada una de ellas, veo mi cara reflejada en el lago de la vida, y puedo reconocerme a menudo, dándome fuerzas para dar otros tres pasos más.

A veces me gustaría poder agradecerle a cada persona, las semillas que dejaron en mi alma…
A veces me gustaría poder ver las que yo pudiera haber plantado en las suyas, lo que permitiría quizás aligerar las maletas de mi conciencia, aumentar mi comprensión por la latencia del mundo que a nuestros ojos es a veces opaco, pero que en conjunto, dicen los astros que tiene más sentido del que parece.

No sé si un sueño del pasado se colará por mi ventana para reclamarme, o si una relación sin pretensiones se convertirá en el imprescindible sentido de mi vida en pareja, o si quizás, alguna mujer de las que encandilan a mi castigado corazón me obsequiará con la devolución de un sentimiento igualmente sincero, o si el destino, hábil jugador, esperará como en el pasado a que se desvanezca toda esperanza para poner ante mi a una criatura especial… no soy capaz de verlo, el destino, claro en otras ocasiones, es ahora un anochecer en alta mar, dónde mi única alternativa es dejarme llevar por el oleaje.

Y como no, recordar que hoy… hace dos años que fui valiente,
para quitarle la palabra a mi corazón,
y poner rumbo a poniente.

«…Le di mis noches y mi pan, mi angustia, mi risa,
a cambio de sus besos y su prisa;
con ella descubrí que hay amores eternos
que duran lo que dura un corto invierno…»

 
Joaquín Sabina
de su «Hotel dulce hotel» de 1987,
este fragmento de «Amores eternos«

 
 

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6 Respuestas

  1. qué gran perspectiva tienes de la vida!! qué fuerza desprendes!! qué ganas de seguir tus pasos tan seguros y convincentes!!!

  2. Noa dice:

    Gracias por cruzarte en mi camino y enseñarme tantas cosas… gracias por tu sinceridad…
    a SOÑAR, SONREIR Y SENTIR!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Un achuchón.

  3. Tegala dice:

    Siempre he pensado que de cada relación se aprende mucho, se aprende lo que queremos y no queremos, podemos aprender a no cometer los mismos errores y a potenciar nuestros puntos fuertes… y eso nos dará la madurez para poder ofrecer lo mejor de nosotros a esa persona especial que puede que un día llegue a nuestras vidas… Y si no llega, seremos mejores personas…
    Muy bonito y sincero. Me ha gustado.

  4. Bego dice:

    Me encanta niño! Qué bonito!

  5. Olga dice:

    Me encanta la forma en que puedes exponer genuinamente y de manera
    transparente tus sentimientos. Solo conocí, a través de tu Blog, a una pareja tuya, quién me pareció hermosa, dulce… y pensé que sería el amor de tu vida…pero como dice I. Serrano «El amor es eterno mientras dura».
    Eres un valiente, enamorado de la vida y de las cosas bellas, romántico, tanto como hasta regalarle una estrella a alguien…Seguramente las semillas que han plantado en tu alma, harán que el día que alguien conquiste tu corazón vivas un amor maduro, sincero, y porque no… llegar a ser eterno…dependerá de ambos.
    Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de Tegala…
    Un abrazo inmenso :)*

  6. keseke dice:

    «sabiendo que a esa mujer de mis sueños le dejaré elegir el lado de la cama que prefiera»….
    Un buen modo expresarlo
    Un beso, gracias por seguir compartiendo estas cosas

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