Con tu nuca en mi almohada

Cómo dormir mientras tu voz se desliza por mi espalda haciéndome cosquillas. Cómo no cerrar los ojos para olerte, como no empaparme de tu olor a mandarina y arder en el sueño de tus labios, y sentirme triste de no tener tu nuca en mi almohada. Cómo no desear conversaciones eternas sobre credos y almas, lo que fuimos, Islandia o Nueva York, lo que somos, lo que compartimos… lo que seremos. Hablar de seres iguales o de seres complementarios, de esfuerzos, de recompensas, de nuevo la sombra de lo que fui…

Conversemos de lo que te gusta, no de cómo el mundo vive su vida, hagamos bocetos de tus sueños, comencemos con un simple trazo que haga de camino, mezclemos en un cuenco los recuerdos y lo que somos, algo me dice que sabrá dulce, incluso las carreteras equivocadas llevan a algún sitio… porque lo que fui, es necesario para que pudiera ser como soy, porque lo que has sufrido, es necesario para te sientas así, y ambas cosas juntas, son indiscutiblemente, la clave de lo que podríamos ser, porque eran necesarios muchos logaritmos, para que uno más uno, fueran mucho más que dos.