Escribiendo sin rumbo…

Hoy necesito escribir, no sé qué, no sé quien, ducharme con letras para que al deslizarse por mi piel y caer en la bañera formen palabras que me sirvan de nuevos adjetivos, encender todas las velas de la casa para maravillarme a mi y solo a mi de tan maravilloso espectáculo, quisiera tener valor de activar mi dibujante de estrellas sin echar de menos la más brillante, encontrar la canción mágica que me diera la paz y conciliara el sueño esta noche que mis párpados pesan más que mi alma, ese olor que anestesia los demás sentidos y te envuelve en un viaje alucinógeno por la cara más stracciatella de la vida.
Quisiera que los miedos y las inseguridades se pudieran quitar con la piedra pomez, que una voz fuera bálsamo para las picaduras de la vida, que los trenes pararan siempre por la puerta del dormitorio a su hora, que los exámenes fueran mañana y que todos estuviéramos suspensos, que las miradas lejanas encontraran puntos de encuentro y que el arroz nunca se pasara de hora. Que las mariposas quisieran cambiarme un día sus alas por el mando a distancia para cumplir su sueño de hacer zapping, y el mío de tener antenas, que los grillos tuvieran micrófonos en las ciudades para ser oídos en las aceras, que los bosques encendidos se vieran desde las estrellas, bajo mantos rojos tan desesperados como desteñidos y horteras.
Hoy pondré rumbo a mi tejado, mitad hormiga, medio gato, sonreiré a las estrellas acompañado, y me despertaré a tu lado, acurrucado.