De mi puño y letra: «Amnesia» (Relato corto)

Escribí este relato hace dos años, y aunque me reconozco… creo que aquel día tenía una inspiración que desgraciadamente no me visita a menudo. El otro día, reencontrándome con esta historia, me emocionaba al conseguir meterme en ella y hacerla mía, aunque es ficticia y no me recuerda a nadie ni nada además de mi rincón favorito del Universo… pero emocionarse a uno mismo, es espectacular.
Espero que os guste, raro es el día que me siento tan orgulloso de algo tan mío, me esmeraré en conservar la parte del hombre que fui que escribió esto, dentro del hombre que soy ahora.

Dedicado a Irina… amiga, mujer, hermana… e inspiración como aspirante a escritor.
Y a Bastiagueiro… hogar, refugio y módem con Dios.

Amnesia

Intento abrir los ojos sin éxito mientras una ráfaga de pensamientos se agolpan peleándose por un hueco para aflorar… ¡Qué calor hace! ¡Cómo me duele la cabeza! Dirijo una mano a mi nuca y encuentro una explicación para esto último, tengo un golpe interesante en la cabeza, un enorme huevo que con toda seguridad no forma parte natural de mi cráneo, si bien lo bueno es que no parece haber una herida abierta. Estoy tirado sobre algo blando, siento mi cuerpo dolorido y sin fuerzas, cada leve movimiento es un enorme desafío. Realizo mi segundo intento fallido por abrir los ojos, hay demasiada luz, no tardo en relacionarlo con el calor abrasador, debo tener el sol de frente… pero… ¿Dónde estoy? Dedico todas mis fuerzas a intentar recordar algo, pero no soy capaz…

Poco a poco empiezo a centrar mi mente… ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? Recuerdo retales de mi infancia, el instituto, los amigos que creía que estarían conmigo siempre, mis primeras pasiones y hobbies, el examen del carnet de conducir… fotogramas furtivos que empapan mi retina ¿Qué edad tengo? Dirijo hacia el futuro mi mente y encuentro un muro, no visualizo mi primer trabajo, tampoco sé que carrera elegí en la universidad, hago memoria, y solo llego hasta una noche de verano sitio muy parecido a este en el que me encuentro ahora, mas allá no hay nada.
Mi tercer intento por abrir los ojos sale mejor, mientras con una mano cubro mi cara dejo en ella una leve rendija y levanto la cabeza lo que puedo para intentar ver mi entorno… primero veo la arena blanca que llevaba un rato escurriéndose entre mis manos y dándome pistas de mi ubicación, miro a mi alrededor y puedo confirmar que estoy en una playa enorme, no recuerdo haber estado en una playa así nunca antes, es un paisaje espectacular, de esos que uno imagina cuando le hablan del caribe y demás paraísos… acompañado de un olor delicioso, el agua de ese tan poco habitual color turquesa me llama poderosamente la atención, el sonido del mar me relaja, aunque las dudas y preguntas siguen ahí. ¿Qué hago aquí? Ahora me importa menos… vuelvo a recostar la cabeza y decido concederme unos minutos para disfrutar de aquello y coger fuerzas, ya habrá tiempo de indagar….



Tras una reconfortante pausa sigo mi exploración mental, haciendo un enorme esfuerzo por recordar los pasos que me han llevado hasta ahí, y por muchas vueltas que le de no consigo alejarme de la infancia o el instituto, mis padres, mis amigos, las primeras chicas que se quedaron un trocito de mi corazón, anécdotas y juegos, televisión y música, pero hay una barrera enorme entre aquello y mi moribundo presente, siento mis manos fuertes, manos de hombre, meto la mano por debajo de la camiseta y el pelo confirma que ya hace tiempo que pasé la selectividad, me siento mayor, y a la par, me faltan piezas para llegar a serlo, estoy perdido en este rincón tan idílico y parecido a un posible cielo cristiano, algo que descarto tras pellizcarme y sentir mi muslo tan dolorido y marchito como el resto de mi cuerpo.

Sigo haciendo memoria y empiezo a tener la sensación estar pasando mentalmente una y otra vez por los mismos sitios, hasta que por fin descubro un nuevo camino, un nuevo recuerdo… ¡Si! ¡Ese es! es el pensamiento más adulto que encuentro… es de noche, estoy en una playa, iluminada por la Luna llena y docenas de hogueras que desafían y espantan a las brujas, es la noche de San Juan… rodeado de amigos y buena gente, con la mayoría de ellos borrachos, entre risas y canciones, entre bromas y locuras… aquella noche no me apetece beber, y sí empaparme con aquello, no quiero olvidarlo nunca.
Cuando la noche toca a su fin y la intensidad de las hogueras comienza a menguar decido acercarme a esa línea errante donde la arena se encuentra con el mar, y la marea baja me hace caminar en su busca lejos de las luces y la gente. El ambiente es espectacular, místico… la Luna brillando con fuerza pero sin apagar las estrellas, el mar bailando suavemente, ronroneando mimoso sin apagar las risas al fondo de la playa.
Aquel entorno me invadió sin resistencia, y durante un buen rato me olvidé de todo, y tan solo quedamos la playa de mi pasado y yo acompañados por el ruido del mar de un paraíso sin nombre ni memoria.
¿Cuanto tiempo había pasado desde aquel recuerdo? ¿Cuántos años me separaban de aquella otra playa?

Volví a la noche de mis recuerdos…. había cerrado los ojos y tan solo escuchaba el mar, tumbado en la arena, y eso eran mis sentidos, un mar en calma, llevándome de viaje por mis recuerdos…
De nuevo en la noche de Luna y hogueras, sentí unos brazos rodeándome, no eran los de un amigo borracho buscando pelea, eran cálidos, dulces, suaves, delicados, dos manos recorrieron mi pecho mientras un escalofrío atravesaba mi espalda dejándome helado. Giré mi cabeza despacio y tranquilo, y pude verla allí mirándome con aquellos ojazos tan profundos y oscuros como aquella negra noche, diciéndolo todo con su mirada sin articular palabra, pidiendo tan poco, dándolo todo, desnudándome y abrigándome al mismo tiempo ¡Que sensación tan increíble!… recuerdo que pensé que después de aquello me podía morir, un instante tan perfecto… que sentía que nada jamás lo podría mejorar… y por un instante, me dio pavor la idea de mudarme de planeta sin haber besado antes esos labios, aquellos labios gruesos que parecían haber nacido para bailar con los míos pero que yo no había probado por muchos meses que los hubiera deseado. Su sonrisa completaba la paz del mar, su piel era tan hermosa de cerca como maravillosa me resultaba en la distancia, su pelo se enredaba en mi mano y opté por acariciarlo en lugar de ponerme nervioso, supe que aquel era mi momento para ser valiente, y me acerqué hacia esos labios con la tranquilidad de un experto y el miedo que me correspondía como novato, alejé de mi todas las inseguridades y me aferré a aquel momento, y cuando nuestros labios se unieron un sofoco abrasador surgiendo desde dentro y la congelación de un escalofrío travieso, y viceversa, me quedé petrificado por la fuerza del momento, no podía moverme, tan solo mis labios temblorosos buscaban el modo de exteriorizar todo el calor y la pasión que llevaba dentro… y en aquel instante se paró el tiempo, aquel beso había hecho que el universo entero se detuviera a contemplarlo, fue mágico, y cuando levanté la cabeza para contemplar un Mundo en pausa me fue mucho mas indiferente de lo que cabía esperar, la miré de nuevo y sonreía… parecía completamente feliz, como quien cumple un sueño, como quien está enamorada, como quien empieza un viaje… como quien hace todo eso a la vez. Nunca olvidaré su cara, la suavidad de su piel, el temblor de sus ojos que parecían querer llorar embriagados por el momento, el gesto de sus labios que la denotaba enfadada con ella misma por no poder controlarlo, el cambio de su gesto al encontrar la paz y la comprensión en mis ojos… en aquel momento supe que por muchas vidas que viviera nunca olvidaría aquello, que formaría parte de mi para siempre, y en otra playa muy lejos de aquella en el tiempo y el espacio reconocía orgulloso que aquel momento era tan mío como el día que lo había vivido, casi podía recordar su olor, su mirada, sentir sus labios…

Y por mucho que me esforzara… eso, Ella, era lo último que recordaba de quien era… sabía que habían pasado bastantes años, pero ningún recuerdo era capaz de completar aquella distancia… ella era el pensamiento más perfecto y hermoso que podía concebir, y que aquello fuera así hacía mi amnesia menos mala, y mi situación más liviana…

Recordé de nuevo su rostro, sus gestos, la magia… y juntos nos adentramos en la noche, me vi reflejado en sus ojos, mientras nos mirábamos fijamente, con nuestra sonrisa más plena, y mientras nuestros labios se quedaban a unos milímetros, exhale mi último suspiro en dos playas a la vez, en una de día con mi cuerpo deshidratado y moribundo, en otra de noche mi alma renacida… en ambas, soñando un recuerdo…

Con mi última respiración y mi última sonrisa la miré y le dije: «Idem»
Y entonces la besé.

También te podría gustar...

3 Respuestas

  1. Bruma dice:

    WOW….
    Me ha gustado mucho, la historia y la calidad de escritura…
    Tu estilo me recuerda a alguien…. :)*
    Enhorabuena tesoro.

  2. Olga dice:

    Me encantó!!!! me pareció interesante, accesible..sin complicaciones y mientras leia podía visualizar y recrear mentalmente las escenas.
    Sí,sí.. escribes rebien!!! ;)
    Saluditos:)

  1. 1 de marzo de 2010

    […] rincón de Lanzarote. Aunque para ser sincero, el mejor modo de celebrar un cumpleaños, es con una historia como la de ayer. Mucho ha cambiado desde aquel primer post en Zonalibre, un sitio lleno de buen rollo y de un […]

PHP Code Snippets Powered By : XYZScripts.com