Cómo decirte, cómo contarte

Comienzo este post con título sabinero sin saber muy bien qué ni cómo contarlo. Podría repasar algunos sucesos de este puente, podría hablar del viaje a Córdoba, de la loca del Rafalete, de las bodas… pero me falta motivación para hacerlo, así que le daré un poco a todo.

Las bodas…
Cada día tengo más claro que no puedo casarme por la iglesia, en primer lugar, por lo mucho que discrepo con la empresa que gestiona esta socialmente denominada religión, y en segundo lugar, porque cuando dejamos de lado las empresas y nos encontramos con las personas, veo complicado encontrar una persona que dirija el evento con la que pueda dejar «la política» a un lado para disfrutar de una ceremonia a la altura de mis expectativas. Cuando escucho hablar a los curas de los componentes del matrimonio como si supieran de que hablan se me altera la sangre, y más de la mitad no saber qué es una relación sexual/sentimental o de pareja, y la otra mitad tan solo sabe de la primera y de pago. Las bodas clásicas me parecen bastante obsoletas… sean por lo civil, o por la iglesia (aún mas).

Viaje a Córdoba…
¡Cómo se vive en el Sur! Y no solo eso, cómo me tratan cada vez que voy por allá… si es que es imposible no saborear esos manjares, de ahí que mi estómago esté en rehabilitación, recuperándose de los numerosos excesos vividos estos días… pero ha valido la pena, qué jamón, qué flamenquines, qué adobito, revueltos y demás… la locura no tiene cura.

La Loca del Rafalete…
Enganchando con el tema anterior… si vas a Córdoba debes visitar el Rafalete, un bar donde ponen unas brabas bravas, unos cogollitos al ajillo, y sobre todo, unos pinchitos morunos, que son un verdadero espectáculo. Pero dejemos de hablar de comida… el Viernes por la noche nos cruzamos en este restaurante con una mujer que llevó sus nervios a un extremo preocupante. Ella había aparcado en un sitio donde no debía una esplanada diáfana donde había más coches, y claro, al no haber entrada y acceder a ella subiéndose en la acera, nada impedía que te encerraran los coches al aparcar, cosa que por la noche, y junto a este bar, es inevitable. Al no poder salir de allí y tras pitar durante quince minutos y ser increpada por quienes estábamos de tapeo y los vecinos de los edificios cercanos comenzó a ponerse histérica, aceleró marcha atrás contra un coche que estaba aparcado detrás, con los consiguientes desperfectos, y luego arremetió contra la gente del bar para buscar una salida alternativa, se metió por una callejuela pero otro coche aparcado en otra esquina de la acera le impidió salir de allí… Histerismo, policía, tensión… las prisas que decía tener hicieron que se quedara allí unas horitas con la gendarmería y que tenga que hacer frente a algunas denuncias y desperfectos ocasionados por su locura transitoria, casi nada.

En fin, que ha sido un puente entretenido… pero bueno, he pedido mis chilumbas, he visto Ironman, el trailer de Hancock (más esta semana), y he desconectado unos días antes de volver al trabajo en una época llena de cosas por hacer…
Seguiremos informando…

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3 Respuestas

  1. tharsis dice:

    Un gran fin de semana ;). y por suerte podemos contar lo de la loca jejeje que nos dejó acabar de comernos los pinchos

    ains… lo que daba yo ahora por unas bravitas y unos pinchos.. mmmmm :P

    te quiero pekeñito

  2. Poledra dice:

    Pues…realmente no vengo a comentar el post, sino a mandarte un ciber-abrazo.

    Hace una barbaridad que no hablamos y resulta que entro y descubro que estás más que bien.

    No sabes cómo me alegro. :-))))))))

    Un abrazo enooooorme.

  3. KATREyuk dice:

    Vaya, cuanto tiempo sin saber de ti… la última vez te ibas a vivir con tu chico, pero de aquello… por lo menos tres años ¿no? ¿cómo te va todo?
    Un abrazo Paz

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