Pongamos que hablo… de Madrid

Cuando escuchaba hace ya unos cuantos años alguno de los temas del Maestro Sabina en mi viejo walkman Sony, poco podía imaginar que mis pasos recorrerían las calles de esta ciudad a diario, que sentiría aún más dentro sus palabras, que visitaría sus cines, bares y teatros, impregnándome de olores y cubriéndome de recuerdos… pongamos que hablo de Madrid.

Y esta ciudad me ha enseñado muchas cosas, pero me ha hecho olvidar algunas otras…

Ayer al mediodía pasé junto a una ambulancia en un Vips… quise aparcar mi morbo y seguí caminando sin mirar. Por la tarde, unas compañeras que comieron allí con su madre me contaron la historia. Por lo visto, un señor mayor sufrió un ataque extraño, a lo que se le unió el atragantarse con la comida, y que concluyo con una pérdida de conciencia y un desmayo, no seré más desagradable con los detalles. Lo curioso es que mientras se atragantaba este hombre, nadie hacía nada, la gente lo miraba ajena y seguía comiendo, incluso los camareros seguían sirviendo los platos…
Mi compañera según cuenta se puso a pedir un médico a gritos, pero hasta ese momento, nadie había hecho nada.
Esa es una de las cosas que no me gustan de Madrid, algo que me asusta, volverme tan insensible a la miseria o el dolor ajeno, pensar que detrás de alguien sufriendo hay una trama oscura para perjudicarme de algún modo… quienes viven aquí lo entienden, si alguien se cae al suelo en Coruña o Avilés tendrá a su lado a aquellas personas que estén cerca para socorrerle, aquí… la gente sigue caminando, hasta que alguna de esas personas que aún no han sido «infectadas» se detiene y le ayuda…

Y es que Madrid es una ciudad con sus maravillas… y sus contrastes

«…donde el deseo viaja en ascensores,
un agujero queda para mí,
que me dejo la vida en sus rincones,
pongamos que hablo de Madrid….
…los pájaros visitan al psiquiatra,
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte viaja en ambulancias blancas,
pongamos que hablo de Madrid.
El sol es una estufa de butano,
la vida un metro a punto de partir,
hay una jeringuilla en el lavabo,
pongamos que hablo de Madrid…»

 
 


JOAQUIN SABINA
Pongamos que hablo de Madrid
          
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4 Respuestas

  1. Tharsis dice:

    Madrid puede contiene todo y nada al mismo tiempo. No creo que esto que comentas ocurra solo en Madrid, pero es cierto que quizás ocurre con mayor frecuencia.

    En finss…un beso enorme !!
    ( y si… también yo en menos de 24 horas me perderé por las calles madrileñas) :)

  2. Revann dice:

    A mí no me gusta esta ciudad… Creo que jamás me acostumbraré, aunque de alguna manera le tenga cariño… No hay rincones para mí… y la frialdad de la gente es terrible. En fin, yo qué sé.

  3. KATREyuk dice:

    Eso precisamente pretendía reflejar Revann… Madrid tiene muchas cosas, pero le faltan demasiadas… yo espero poder encontrar mi sitio en algún lugar especial, lejos de las prisas de la capital…

  4. Miguelito dice:

    Yo, que soy de Madrid y he mamado la ciudad desde muy joven, tengo también la tentación de pensar en estas cosas, y me pregunto cómo será vivir en un sitio así. Cuando veo pelis sobre pequeños pueblos, tales como Mumford, State&Main, o incluso la sorprendente y deliciosa Mia Sarah, de Gustavo Ron, me da por pensar en otras vidas lejanas a la capital.
    En esos momentos me pregunto si algún día encontraré un trabajo que me permita venir en AVE algunos días a la semana y estar fuera el resto del tiempo.

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