Qué manera de querer

La verdad es que cada día se aprende algún truquillo mas para aprovechar mejor esto que llamamos «vida», a mi la mía me ha enseñado de todo, y mientras creía aprender unas cosas… aprendía otras. Supongo que sin darme cuenta aprendí a querer, el valor de la sinceridad y a reconocer la ventaja que le lleva siempre el corazón a la razón. Aprendí a superar que puedes perder a un amigo por muy bien que lo trates, y que algunos seguirán a tu lado aunque no lo merezcas. Y todo aquello que aprendes, gradúa y altera tu escala de valores, y un día reconoces lo que es verdaderamente importante…

Y Ella, para mi, es realmente importante. Como dice mi hermano/maestro Sabina «me sobran los motivos«, y podría comentar mil cosas que un dejavú me recordaría haber dicho cien veces sin conseguir por ello sentirme explicado con éxito. Sigo mirándola como la mujer más hermosa del mundo, incluso con los ojos cerrados. Me llenan los pulmones sus sonrisas, me protegen del sol sus caricias, y siempre hay momentos en los que por fuerte que sea este corazón de corchopan no puedo evitar soltar alguna lagrimilla al separarme de ella por unos días. He ido conociendo eso que otros llamarían defectos, peculiaridades de su forma de ser, sorpresas que salen de esa cajita musical que tiene por corazón, esa melodía contagiosa con la que sin querer hace mejores muchas vidas, imprescindible en la mia.

Así que un día como hoy no viene mal darle las Gracias, por demasiadas cosas… pero sobre todo por pintar de cien mil colores mis días, por escucharme, por esas conversaciones geniales, por hacerme sentir «guapo» y con 10 kilos de menos bajo sus manos, por sus abrazos, sus sonrisas, su olor… por compartir conmigo su familia, por formar parte de la mia, por hacerme estar tranquilo, cómodo, feliz… por conseguir que cada día esté mas cerquita de ella, con su cajita musical más dentro de mi, por esa revolución que me planteó un buen día, y esos 7 crisantemos que no cambiaría por nada en el mundo entero.

Cada día tengo ganas de decirte mil cosas,
y en silencio de trazar perversos planes,
diseñarte sorpresas que nunca olvides,
de dejar en ti una huella imborrable…
de intentar darte cuantas más razones pueda
para que quieras estar conmigo un día mas,
por lo mucho que me das, que es todo,
no puedo sino quererte cada día mucho mas.